El edificio cuenta con una situación privilegiada en uno de los chaflanes que conforman la intersección de la calle Balmes con Mallorca en pleno Eixample de Barcelona.
Esta magnifica localización condiciona el diseño del proyecto desde un punto de vista estético, ya que es un área protegida, y funcional al buscarse un resultado de gran calidad en el mercado terciario de Barcelona.
La consecución del proyecto significará la renovación integral del inmueble, tanto en zonas comunes como privativas, las instalaciones y la fachada.
En el exterior, la nueva fachada se sitúa en un lenguaje terciario respetando la composición de huecos y ritmos de los edificios residenciales con los que convive.
La cubierta se transforma y reorganiza de tal manera que, aun cumpliendo con todos los elementos e instalaciones que hacen al edificio un referente en sostenibilidad, permitirá la existencia de un área estancial para los usuarios del edificio.
En el interior se reconfigura el espacio, con una nueva modulación de las plantas y unas zonas comunes más eficientes volcadas en el bienestar de los usuarios. En este sentido, cabe destacar la planta sexta, dónde se situará una gran área colaborativa dotada de distintos espacios y ambientes orientados a las distintas formas de trabajo, reunión y colaboración en las oficinas actuales.
El proyecto cuando se culminé contará con la certificación Breeam y WiredScore.